Otredades

Por: José Sobrevilla (Premio Nacional de Periodismo 2023)

Lunes, 19 de mayo de 2025

“Mal presagio para la ley de telecomunicaciones el retiro

de un artículo” Luis Guillermo Hernández

·         Hay peligro real de que los intereses de algún grupo de

senadores, Javier Corral, Álvarez Lima… la descarrilen

 

Cuando Televisa se negó −prácticamente− a atender la petición de la Secretaría de Gobernación, Segob, y del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Conapred, para retirar del aire un spot propagandístico del gobierno de Estados Unidos, que atentaba contra la dignidad de las personas, violando el derecho a no ser molestados en su persona por su apariencia física, etcétera, y después de haber pasado casi un mes desde que lo pidieron verbalmente, primero, y por escrito después, fue que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum decidió lanzar la nueva ley de telecomunicaciones y radiodifusión, aseguró a este espacio el periodista creador de “La Sexta W”, Luis Guillermo Hernández.

“Hay que modificar la ley para establecer los parámetros necesarios para que este tipo de cosas no vuelvan a ocurrir”, debieron considerar en el gobierno de la República; sin embargo, reflexiona el reportero que esto “no está sujeto a sanciones (para Televisa) porque hay una especie de laguna jurídica y la ha habido siempre en materia de telecomunicaciones respecto de las obligaciones y derechos de los concesionarios del Espacio Radioeléctrico Nacional”.

La ley que regula, digamos, la operación de este sector es la Ley Federal de Radio y Televisión, pero no tiene dientes; únicamente establece parámetros y una serie de requisitos o regulaciones para que los concesionarios tengan una especie de referencia de qué transmitir y qué no; pero no hay un reglamento que establezca sanciones específicas cuando un concesionario incumple alguna de estas solicitudes.

Es una cuestión que se ha dirimido siempre en el terreno de los “favores”: “Te pido, por favor, que quites esto”. Ok, “lo quito, pero regálame esto”. Y siempre se procesó así porque la simbiosis entre gobierno y medios de comunicación electrónicos siempre había sido total. Eternamente fue una sumisión absoluta. El gobierno marcaba la línea y los concesionarios la respetaban, la acataban y se sometían sin ningún tipo de excepción.

Con la Cuarta Transformación, 4T, esto cambió, pero la relación no se recompuso hacia ningún otro nivel; simple y sencillamente se rompió, se agotó el modelo. Y entonces en la Secretaría de Gobernación descubrieron que no había manera de sancionar esta decisión de Televisa de transmitir en el horario estelar un anuncio atentatorio de la dignidad de los mexicanos.  

Se podría hacer una interpretación como la que yo hice personalmente en mi medio −continúa Luis Guillermo−, a partir de lo que dice la propia ley, que ‘los concesionarios deben abstenerse de difundir información racista, clasista, atentatoria contra la seguridad nacional o que llame a la gente a un estado de alerta, de alarma excesiva’. Y pues por ahí puede caber, pero la Secretaría de Gobernación podría haber sido acusada de autoritarismo si hubiese sancionado a Televisa por ese asunto. No hay manera de hacerlo porque no existen antecedentes en el sentido de llevar a cabo una sanción.

Por eso, −me parece− la Presidencia de la República empezó en la Consejería Jurídica, la revisión del último dictamen, la última propuesta de reformas a esta ley para tratar de ver si por ahí podía entrar algún apartado que diera margen de maniobra al tenedor, poseedor, digamos del espacio radioeléctrico al responsable de su regulación, que es el Estado mexicano. Y entonces empezó esta discusión, que me parece, entró básicamente como respuesta a una actitud absolutamente arrogante de Televisa, el más grande corporativo de telecomunicaciones del país.

El también catedrático de la Universidad de Barcelona, comentó que el jueves 8 de mayo comenzó en el Senado la discusión de esta regulación, pero aquí yo veo un problema muy grave y me parece que es lo que quizá va a enturbiar toda esta discusión. “Escuché en la serie de reflexiones que es básicamente un intento de los grandes corporativos mediáticos de impedir que haya un cambio en el sector”.

El asunto es que la propuesta de la presidenta Sheinbaum y que se retoma de lo que fue elaborado previamente en el sexenio pasado, del presidente López Obrador, sí plantea como un eje principal que el Estado retome la rectoría de la regulación, supervisión y operación estructural del espacio radioeléctrico de las telecomunicaciones y radiodifusión, desapareciendo el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Telecomunicaciones.

Estas comisiones que durante años operaron para beneficio de los grandes corporativos mediáticos, lo que queda ahora es establecer los nuevos mecanismos y es ahí donde los medios, los grandes corporativos no quieren que haya apertura, lo que buscan es seguir determinando ellos conforme a sus beneficios y a sus intereses, la operación del espacio radioeléctrico nacional.

Comenta que, lo que escuchó fue una cascada de llamados brutales de alerta, porque con esta ley nada impediría que un narcotraficante llegara a tener la concesión de una estación de radio, y que es urgentísimo que se establezca un órgano colegiado “donde todos formemos parte para opinar y decidir, porque el Estado no puede tener los dientes para sancionar”; es decir, lo que quieren es que no cambie nada, que nada se mueva y dejarla como está, donde Televisa, TV Azteca y los grandes corporativos son los que marcan la pauta en el sector.

“A mí me parece un llamado, una táctica, que están utilizando los adversarios de este proyecto, quienes se niegan a que aterrice, exagerando y sobredimensionando las catástrofes para que la gente se asuste y diga: ¡ay no, claro! “El Estado no puede censurar las redes sociales, porque estarían atentando contra la libertad de expresión”. Completamente es mentira. No hay nada en el documento que suponga, ni lejanamente, un intento de censura o de coacción o silenciamiento.

                Lo que sí hay y debe haber, es una regulación y solo la puede ejercer el Estado, porque es el representante de los intereses de toda la sociedad, no de los corporativos mediáticos, ni de los partidos políticos, o las organizaciones que orbitan alrededor del sector. Me parece que esa renuencia tiene que ver con el hecho de que no quieren perder un bastión de poder que, durante 30, 40 años, les ha significado el control absoluto del espacio radioeléctrico y radiodifusión en las telecomunicaciones. En este sentido, Ricardo Salinas Pliego y TV Azteca tienen también mano en esta negociación, porque él mismo ha dicho que ‘él es propietario de la concesión’; y ahí radica la importancia de que esta ley no se vea afectada en la discusión en el Senado por los muchos intereses de estas corporaciones mediáticas nacionales quienes están metiendo mano.

Hay un peligro real de que los intereses de algún grupo de senadores, Javier Corral, Álvarez Lima, etcétera, terminen por hacer naufragar el proyecto original y entregar una ley completamente descafeinada, a modo de los corporativos mediáticos. Y eso es un peligro.

−¿Qué podemos esperar?

Yo tengo muy pocas expectativas. A partir de que me enteré de que Javier Corral va a ser el coordinador de estos diálogos, se desalentaron mis expectativas de que pueda haber un cambio trascendental en materia de telecomunicaciones, y que se dé la rectoría del Estado sobre el espacio radioeléctrico nacional. Porque hay muchos intereses, que orbitan ahí y están camuflados como organizaciones no gubernamentales, especialistas en el sector, académicos interesados en el desarrollo de las telecomunicaciones o la libertad de expresión o el derecho de las audiencias, etcétera; cuando en realidad todos ellos responden a los mismos intereses porque han sido los mismos grupos que han orbitado en este ámbito durante los últimos 30 años y son las mismas voces siempre, los mismos personajes, con los mismos argumentos, que al final terminan defendiendo los intereses de los corporativos mediáticos.

Por eso, espero no pecar de pesimista, pero todas mis expectativas se cayeron el día que la presidenta Claudia Sheinbaum concedió el retiro de un artículo para dar margen a que pudiera negociarse, discutirse, o hablarse sobre esta ley.

Me parece que el documento original, como estaba redactado, era perfecto para los intereses del pueblo de México y era necesario para darle un giro a esta circunstancia nacional. A partir de que se puso un impasse, ya todo puede pasar y lo que pueda pasar no creo que sea positivo. VER VIDEO

Entrevista realizada vía Meet el 8 de mayo de 2025